martes, 15 de septiembre de 2009

Ya quiero tener canas

—Profesor Langdon—dijo Vittoria—, ¿No le bastó con “garcharse” a la descendiente del mismísimo Jesús en el Código da Vinci, que ahora me tira los perros así, sin más preámbulos?
Se vio envuelta en ira.

Langdon no sabía que decir, ni toda la experiencia de dar conferencias como profesor en Harvard le hubiesen servido para soltar un chamullo lo suficientemente bueno como para disimular lo que la srta. Vetra le causaba.

—Al menos hubiese tenido la sutileza de seducirme antes.
Ni ella se lo creía, el profesor de simbología la había cautivado desde un primer momento con ese aspecto desalineado y su más que vasta experiencia.

—Si, fue muy poco caballero de mi parte.
Dio media vuelta y le partió la boca de un beso.

—Creo que no es momento, no podemos perder el tiempo.
Diez minutos para las ocho, el Panteón parecía cerrarse cada vez más.

Moraleja: si no eres un buen seductor, procura estudiar mucho y dejarte las canas.

4 comentarios:

  1. ahhhhh esta es la explicacion a lo que mi madre siempre me quiso inculcar... Por eso las madres rompen soberanamente las pelotas cuando somos chicos para que estudiemos! Al final todas las respuestas de la vida tienen un lado erotico/sexual/sensual/

    OFF: estoy llendo al farmacity a comprar una tintura blanca, quien te dice que me de resultado y salga de esta aftinencia..


    NicO

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  2. Y si, creo que cada uno analiza sus virtudes y desventajas ante una relación o situacion de "levante" para ponerle todas las fichas a esa ¿no?

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  3. sinceramente no me gustó. creo que tenes mas y mejor para dar.

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  4. De eso se trata, de que cada uno pueda opinar libremente. Espero tener mas para dar cada dia, saludos!

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