jueves, 19 de noviembre de 2009

École cua

Con la cabeza en cosas que no se venia ocupando… ando… ando… ando…
Ando de aquí para allá, los engranajes de la mente comienzan a rodar otra vez, por que encontraron un sentido, por que oyen mi canto… anto… anto.. anto…
Antojado de nuevas emociones atravieso la jungla de obstáculos que se empeña por arruinarlo y dejarme en la tierra desparramado… ado… ado… ado…
Adormecido mi cuerpo estaba, pero ya no, ahora se untaba de ganas y se erguía casi tan alto que sentía el revoloteo de las aves alrededor de mi cabello seco… eco… eco… eco…
Eco, una voz resuena en la soledad ¿hay alguien ahí… í… í…?
La respuesta fue idéntica a la pregunta, pero luego, luego fue silencio.

martes, 10 de noviembre de 2009

¡Epa, otro Zombi!

Cual muerto resucitado surges, de vaya a saber donde quien, vaya a saber donde iras, vaya a saber cuando desaparecerás, otra vez y una vez más. Invocada por una fuerza mágica mas allá de nosotros, esclava de vaya a saber quien, privada de tus actos si es que alguna vez pudiste con tus ojos ver, y sino ya no importa, si no hay un “Que”.

¿A que viniste? ¿Cuáles son tus intenciones?
Perdón, me olvidaba que ya no hacías uso de la razón. Un maestro Vudú te hizo su esclava, ahora le sirves y con buenos modales, agachando la cabeza, arrastrándote cual serpiente sobre la maleza rasposa que dejó esta sequía.

Pero una vez te llamaron Diosa, pero eso ya era historia vieja.

jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Vas a lanzarlo o qué?

Esperaba que le tiren el palo para abalanzarse sobre el y volver con la frente en alto, pero nada.

No me pidas que te de la pata, tampoco quiero caricias amigables.

¿Qué esperas para lanzarlo? No ves que ya estoy babeando de la rabia.
No se de que manera mover la cola ni como ladrar para que lo hagas ¿y si hago cara de buen sabueso?

¡Vamos! Prometo traerlo a tus pies para que pasemos un buen rato, quizá podemos hacerlo todo la vida o hasta que no me quede aliento.

domingo, 1 de noviembre de 2009

El Joven Confundicosas

Era mas bien joven, delgado y coqueto. Sabía tanto lo que le gustaba a una mujer para agasajarla como para salir de situaciones comprometedoras y sumamente complicadas, pero eso no es todo, lo que mejor caracterizaba a este apuesto muchacho era que siempre confundía las cosas, así es, haciendo honor a su seudónimo. Lo sé, muchos dirán que más que una virtud o una característica a destacar, esto es un problema, y lo era.

Hoy, con menos de treinta primaveras, el joven Confundicosas seguía solo y no se creía muy codiciado entre las señoritas de los alrededores. Tenía una facilidad impresionante para arruinarlo todo incluso cuando no quisiera, aún amando con total franqueza, por que si había algo que había olvidado mencionar antes era su sinceridad y respeto.

Mañana, quizá encuentre eso que tanto anhela, una joven con una sonrisa tan grande y hermosa que borre las confusiones de su mente, con carácter, decisión y que lo ame como nunca antes imagino que podía.

Pasado, pisado.