domingo, 1 de noviembre de 2009

El Joven Confundicosas

Era mas bien joven, delgado y coqueto. Sabía tanto lo que le gustaba a una mujer para agasajarla como para salir de situaciones comprometedoras y sumamente complicadas, pero eso no es todo, lo que mejor caracterizaba a este apuesto muchacho era que siempre confundía las cosas, así es, haciendo honor a su seudónimo. Lo sé, muchos dirán que más que una virtud o una característica a destacar, esto es un problema, y lo era.

Hoy, con menos de treinta primaveras, el joven Confundicosas seguía solo y no se creía muy codiciado entre las señoritas de los alrededores. Tenía una facilidad impresionante para arruinarlo todo incluso cuando no quisiera, aún amando con total franqueza, por que si había algo que había olvidado mencionar antes era su sinceridad y respeto.

Mañana, quizá encuentre eso que tanto anhela, una joven con una sonrisa tan grande y hermosa que borre las confusiones de su mente, con carácter, decisión y que lo ame como nunca antes imagino que podía.

Pasado, pisado.

2 comentarios:

  1. como todos, como algunos, lo cierto es que nos mantiene vivos y con ganas esa incertidumbre de que todo puede ser mejor mañana

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