sábado, 19 de septiembre de 2009

Una lágrima (parte 2/3)

La moza otra vez, dejó la carta sobre la mesa y volvió a marcharse. Al fin pude prender mi cigarrillo, se alivianaba esa ansiedad cuando sonó un ringtone corto en mi teléfono celular que me avisaba que tenía un mensaje de texto nuevo. Lo abrí y era ella, estaba llegando al lugar.
Era invierno, media tarde, hacía frío y mucho, pero yo transpiraba y el cuello de la polera me asfixiaba. No podía sacar la mirada de puerta de la carpa y la vi entrar.
El tiempo parecía no haber pasado, me saludó con un beso en la mejilla y se sentó en frente, una mesa nos separaba.
No sabía por donde empezar, si recordar momentos lindos, hacer regaños, hablar de nada o tomar mis cosas y salir corriendo. Ella sonrió, a mi se me revolvió el estomago tal cual como en este momento en que lo escribo.
Una vez más la moza se acercó a la mesa para preguntarnos que íbamos a servirnos.

-eee… un té, solo -¿vos que vas a pedir?
Un silencio me invadió y retumbó en mis oídos.
-una lágrima
El mismo silencio que antes, pero esta vez explotó.
La moza se retiró.

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