sábado, 23 de abril de 2011

Perfume y aromas


Casi tan hechizado y confundido como esa multitud enredada entre la lujuria y el libertinaje, quedé con el final de la película “Perfume: la historia de un asesino”. En ese momento en que se aproximaba lentamente el desenlace, pude imaginarme unos cuantos finales diferentes a medida que pasaba el tiempo; comenzando por la clásica ejecución ante el pueblo clamando por su sangre, pero no, eso hubiese sido demasiado predecible. Hasta imaginé que podía usar el perfume para que aún después de muerto, el padre de la joven no pudiese darse el gusto de sentarse junto a el, para verlo sufrir sin sentir su perfume; cualquier otra cosa se me podría haber pasado por la cabeza menos los que ocurrió en realidad; tiene que ser un sueño, me decía a mi mismo en ese momento, esto no puede estar pasando.

En fin, pasó y fue definitivo. No puedo decir que no me gustó el final, por que es una excelente película, pero si que me hubiera gustado que sea diferente. Si no la vieron se las recomiendo y analicen el final, quizá estemos de acuerdo o no, pero de lo que si estoy seguro es que los va a dejar desconcertados.




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