jueves, 23 de junio de 2011

Madrugada de Retiro


Al fin había llegado el momento de irnos de la terminal de Retiro en Buenos Aires de regreso a Córdoba; eran las dos de la mañana y habíamos entrado a las seis de la tarde del día anterior, ocho horas de espera sin contar el tiempo que pasamos desde que aterrizamos en Ezeiza tres horas antes.

Y así estábamos, teníamos pasajes de vuelta recién para esa hora y no había manera de cambiarlos ya que era un domingo después del feriado del 24 de marzo “día nacional de la memoria” que todo el mundo volvía de viaje para empezar la semana laboral. No teníamos otra opción que esperar a que pasen las horas o que alguien cancele algún pasaje para poder tomarlo, pero nada, el tiempo corría lento y de a poco iba cayendo la noche sobre la ciudad y la inseguridad entre otras cosas comenzaban a importar cada vez más.

La noche ya nos había caído encima y toda la gante de la calle que no tiene un techo viene a dormir dentro y fuera de la terminal, en las sillas, los pasillos, en el suelo, por todos lados y solo un policía dentro y uno fuera para dar seguridad a todo el lugar, que lo veíamos pasar cada largos periodos de tiempo. Se mezclaba el cansancio de la vuelta del viaje, el sueño, la sensación de inseguridad con las valijas a nuestros pies y la bronca de que una ciudad de esa magnitud no tenga un lugar seguro y respetable para la cantidad de personas que utilizan ese transporte a diario.

Casi me olvidaba de la gente que llegaba a las agencias a denunciar que les habían robado sus equipajes en el viaje y no les daban más respuesta que un teléfono.
Después de todo este infierno llegó a su fin y nos subimos al colectivo con las valijas encima, ya que no íbamos a esperar a tener la misma suerte que esa gente.

Espero que la ciudad de Buenos Aires pueda mejorar el servicio y brindar seguridad y tranquilidad a los pasajeros, por mi parte voy a tratar de evitar volver a ese desagradable lugar.

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