martes, 9 de noviembre de 2010

Pescador del Atlántico



Era una hermosa tarde de primavera, el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte y la pequeña tripulación se dirigía a sus camarotes para descansar de un largo día de trabajo en las costas del Atlántico.

Un solo pescador quedaba en la cubierta recogiendo la última red que lo había demorado más que de costumbre, estaba muy cansado y parecía que el sueño iba a terminar por consumirlo. Algo allí abajo parecía dificultar su labor, cuando vio entre el cardumen lo que parecía ser una sirena; no podía creerlo, esas cosas sucedían en los cuentos de marinos que contaba su abuelo, pero ahí estaba ella, radiante y salvaje.

Su cabeza daba vueltas, pero su corazón latía muy fuerte y sin más que pensar, dejo caer la red que la tenia apresada, liberando a esa mitad mujer, mitad pez, que sin vacilar un instante nado alejándose con todas sus fuerzas.

El pescador sonrió, y juró que seguiría navegando toda su vida, buscándola sin importar a donde fuera, había sido amor a primera vista.

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