Sin querer te dije “te quiero” y fue sincero.
Sin querer me volví adicto a tus besos,
a tus gritos, tus caricias, tus reproches,
y a tu manera de hacer el amor.
Sin querer me olvide de querer.
Sin querer me volvió el miedo a perder,
la indiferencia, la confianza, un algo,
y una sonrisa que me deja soñar.
Juro que estoy riendo ahora, no puedo evitarlo.
¿Será que me volví un loco perdido?
Pero es que lo fácil se hace aburrido, se hace predecible.
¡La incertidumbre es fascinante! Saber que puedo perder.
Estoy riendo de nuevo, pero ahora a carcajadas.
Es que estoy seguro de lo que va a pasar,
somos tan predecibles de nuestros actos siempre.
Que sabemos que hay un obstáculo delante y tropezamos igual.
Guau...que ciierto es
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